La Psicoterapia Psicoanalítica

La psicoterapia psicoanalítica es un método de tratamiento basado en la relación profesional entre un terapeuta y un paciente o cliente. Mediante el diálogo y la comunicación, el terapeuta conduce a la persona para que esta pueda descubrir aquellos factores inconscientes que la están afectando emocionalmente y/o determinan el su comportamiento. El paciente tiene un papel activo en la terapia.

Este método de tratamiento pretende hacer consciente lo inconsciente. Los factores inconscientes que afectan de manera negativa se manifiestan a través de síntomas que pueden ser de diferentes tipos: dolor o malestar corporal, ansiedad, dificultades en las relaciones interpersonales, rasgos de personalidad problemáticos o estados de ánimo negativos, entre otros. Estos síntomas vienen a decir que alguna cosa en nuestro interior no está bien y que es conveniente saber qué es. Debido a que la causa del malestar es inconsciente, es muy difícil que las personas del entorno (amigos, familiares,…) puedan ayudar a curar el problema, a pesar que los consejos y opiniones que se den sean adecuados. Por eso es necesaria la ayuda de un profesional especializado y preparado para tratar los problemas desde la profundidad.

La psicoterapia psicoanalítica ayuda a la persona a resolver el malestar que está sufriendo en el presente pero también quiere ir más allá, facilitando, a través del auto-conocimiento, que ésta sea capaz de resolver los problemas que puedan aparecer en un futuro. Es un proceso a través del cual pueden tratarse todas aquellas problemáticas que tienen una base psicológica y se puede aplicar en los tratamientos individuales, de pareja, grupales y familiares.

En una psicoterapia el compromiso tanto del terapeuta como del paciente es muy importante. Para obtener los beneficios esperados se debe estar dispuesto y comprometido con ella asistiendo a las sesiones programadas y durante el tiempo acordado.

Las emociones no expresadas no mueren nunca. Son enterradas vivas y salen más tarde en formas más feas. Sigmund Freud